La Humanidad viva en «Gregarios»
por Valmor Níni Beltrame / Isla Santa Catarina,Brasil, a 28 de julio de 2023
“Gregarios” es una de las creaciones recientes de Teatro Lambe Lambe coproducida por Fundación Teatro a Mil y Fundación OANI de Teatro, de Valparaíso, Chile. Una obra corta, de unos 4 minutos de duración, que suena como una alerta, como un llamado y también como advertencia. Una caja es su espacio teatral y allí puede ocurrir una experiencia rara y única.
Las imágenes de la gran ciudad en blanco y negro; las formas geométricas repetidas de la arquitectura planificada; la música y los sonidos que ambientan y sitúan al espectador en el espacio; los movimientos sintéticos y delicados de la marioneta y la suave brisa que entra por la ventana de su dormitorio; la economía de elementos escenográficos, el juego de imágenes superpuestas, al mismo tiempo que muestran belleza y luminosidad, paradójicamente resaltan, con sutileza, graves problemas de la época en que vivimos. Lo que sutilmente se dice y lo que no se dice en la escena incita a los espectadores de Gregarios a pensar: ¿Y la vida? ¿Qué es vivir? ¿Por qué? ¿Para que? ¿Que vida? ¿Qué es estar en el mundo?
Si bien la obra fue creada en 2021, el período de la pandemia de Covid 19, que hace referencia a situaciones difíciles que viven millones de personas en todo el mundo, sus provocaciones trascienden líneas temporales y contextos geográficos. La soledad, la incomunicabilidad, el aislamiento, la búsqueda del sentido de la vida, elegir rumbos y decidir sobre la propia vida, comprenderse a sí mismo, percibir el mundo, convivir, compartir sueños construidos colectivamente, son cuestiones allí reunidas que marcan la historia del pensamiento de hombres y mujeres que buscan diseñar el futuro, no solo para ellas, sino para todos.
Por eso, Gregarios surge como un espectáculo contemporáneo porque “da la espalda a la luz y mira hacia la oscuridad”, como afirma el filósofo italiano Giorgio Agamben. Los artistas y técnicos involucrados en la creación de esta obra “mantienen la mirada fija en su tiempo, para percibir no las luces, sino las tinieblas”. Dotados de especial sensibilidad, perciben “la oscuridad de los tiempos que vivimos”, y señalan sus singularidades, sus desafíos.
El espectáculo es contemporáneo porque desdibuja los límites del teatro de títeres y hace interdisciplinariedad con otras artes como el video, el cine y sus recursos de zoom, las artes visuales y en especial con el dibujo, las proyecciones y el uso de sofisticados recursos tecnológicos y electrónicos. La hibridación presente en el espectáculo cuenta, pero hay mucho más.
Es contemporáneo porque abandona las prácticas tradicionales de nuestro teatro de títeres en el que el titiritero es un artista polivalente, un semidiós que crea y hace todo solo y, en contra de esta perspectiva, Gregarios convoca a más de una docena de profesionales de diferentes especialidades para colaborar con la puesta en escena. La puesta en común de conocimientos, sensibilidades y visiones diferentes en su proceso de creación da como resultado una obra que llega al espectador en su intimidad.
Su dramaturgia no se basa exclusivamente en el texto escrito, ni en el texto literario. Está presente, es fundamental, y su directora hace armónicamente la conexión entre los elementos de la escena y las aportaciones de más de un escritor en la composición dramatúrgica. Son sólo ocho frases seleccionadas, lo que parece poco, sin embargo, tienen una enorme capacidad de movilización emocional, ya sea porque hacen referencia a las subjetividades de cada uno de nosotros [pensé que ya me conocía], o porque nos advierten sobre la importancia de la vida en grupo, en colectividad [Nadie se hace humano solo]. La forma de hablar, a veces evocadora, a veces secreta, además de jugar con los sonidos, acoge al espectador haciéndolo cómplice de esta experiencia. La economía de palabras empleada exige la capacidad de síntesis, de decir mucho con poco y de apostar por la sensibilidad y la emoción, más que por la razón. La elección del título resume de manera ejemplar los significados que evoca la obra. Gregarios llama la atención a compartir nuestras existencias y así no poner en peligro la supervivencia de los seres humanos. Existencia principalmente psicológica o espiritual. Sus primeras imágenes, aunque plásticamente elaboradas y poderosas, a veces dan la impresión de que hay millones de muertos vivientes vagando por las ciudades. Es interesante observar cómo la ficha técnica del espectáculo demuestra coherencia entre lo dicho y lo practicado.
Camila Landon Vío, con su larga trayectoria como actriz titiritera, directora de teatro, en sociedad con José Moraga y los demás artistas involucrados en la creación de Gregarios, pudo repetir formas ya dominadas, “claras e iluminadas” en el montaje de este espectáculo. Sin embargo, ella “mira hacia la oscuridad” y camina en ella, tanteando hacia lo desconocido, imponiendo desafíos formales y técnicos hasta ahora nunca, o raramente, utilizados en el Teatro Lambe Lambe. Por cierto, estas son características de sus creaciones: no repetir fórmulas probadas, procedimientos creativos que “funcionan”, buscar modos de expresión en los que emerge lo insólito, lo complejo.
Gregarios es una obra valiente y alentadora porque mira hacia la oscuridad en la que vivimos para ver la luz. Mira, y también nos muestra. En un llamamiento sutil, el espectáculo difunde esta luminosidad, difunde su humanidad. Aún conociendo la distancia infinita para alcanzarlo, apunta al viaje esperanzador que necesitamos y queremos recorrer.
Valmor Níni Beltrame
Isla Santa Catarina, 28 de julio de 2023
VERSIÓN ORIGINAL EN PORTUGUÉS
